domingo, 15 de febrero de 2015

Principe Azul

Cuando pequeña creí con esta idea loca que nos inculcan las películas de Disney y los libros que me leían mi  madre y mis abuelas, donde te bombardean con esta imagen del "hombre perfecto" o mejor dicho, "él príncipe azul". Si, si este hombre que esta destinado a llegar a nuestra vida, nos provocara mariposas con apenas verlo, sera romántico, caballeroso, guapo, inteligente, detallista, nos regala flores, nos dedicara canciones a la luz de las velas, sabrá exactamente lo que queremos sin decirle una palabra y hará todo lo imposible por estar con nosotras y hacernos sentir como la princesa del cuento de hadas, donde viviremos "felices por siempre".

Creo que todas, no tan solo yo, hemos soñado con ese momento, o más aun, hemos sentido haber encontrado nuestro príncipe azul. Nada más lejos de la verdad.... Sin embargo, porque no dejamos de buscarlo, de intentar encontrar ese hombre imaginario que nos formamos en nuestra mente y con el que de forma consiente o subconsciente comparamos a los chicos que llegan a tocar a nuestra puerta? Definitivamente, igual que por lo que me gustan las películas románticas... por sus finales felices.

En esta corta vida amorosa que he tenido (si, si...muy corta diría yo), pensé que ya había conocido al príncipe azul de mi vida. Toda mi familia y amigos estaban convencidos, entonces, por que  no iba a estarlo yo. Así que solo esperaba la pregunta que ya no era un secreto, porque la fecha tentativa de la boda estaba fijada (cuando se gradué), para solo decir "Si, acepto casarme contigo"  y vivir mi cuento de hadas. Nada más infantil que eso!!

Sin embargo, a  mis 19 años desperté de ese letargo donde estaba sumergida, gracias a un chico algo mayor que yo por unos 11 años si mal no recuerdo, que conocí  de forma curiosa.  Abrió mis ojos  concienciandome que me faltaban muchas cosas por vivir y sentir.

El tiempo se encarga siempre de deshacer esta utopía, nadie es perfecto, ni nosotros mismos (un horrible sapo que conocí entre los 20 para 21 me lo dejo bien claro, jaja).  No existe, ni existirá un hombre perfecto. Tampoco  llegara en un corsel blanco un príncipe azul a rescatarme ... Primero que nada, por que no necesito ser rescatada y cada persona tiene la responsabilidad de aprender a ser feliz en si misma y en su presente. Y la pareja que tengamos a nuestro lado no la debemos  ver como un accesorio que aporta un valor agregado, si no alguien que esta con nosotros para compartir, no para darnos brillo, ni para hacerse cargo de lo que no hemos sabido resolver, eso nos toca a nosotros.

Creamos o no en la existencia de un príncipe azul a la espera de nuestro encuentro, lo que hay que hacer es estar abierto a una relación desprovistos de conceptos irrealistas de como debe comportarse la persona con la que decidamos estar.  A todos se nos destiñe la pintura azul, rosa, amarilla o del color que sea en algún momento. Además que esta muy claro que nosotras tampoco somos las princesas soñadas. Así que solo hay que conocer, permitir el acercamiento de personas afines a nosotros, disfrutar el momento, la relación, ser amigos, interesarse mutuamente en las cosas de él otro, ser cómplices y amantes. 

Existen tantos conceptos del amor como personas hay en el mundo. Aprendemos de cada experiencia que vivimos  y esto nos sirve para valorar aspectos que quizás no habíamos tomado en cuenta en relaciones anteriores. Se trata de aprender de y con otras personas... para madurar y permanecer al lado de aquella con  la que sintamos que podemos compartir nuestra  felicidad y nuestras tristezas. No puedo poner un titulo de nobleza sobre los hombros de quien no pidió tenerlo y luego enojarme por que era un impostor cuando descubrí que goteaba sobre el piso su pintura azul. Cada persona es distinta, legitima, única... como lo soy yo y por lo tanto no puedo pretender que se comporte de la manera que yo imagino que debe comportarse. La clave esta en dejar de ver la vida de una forma tan romántica, por no decir infantil ( me suena cruel conmigo misma, jaja), y vivirla con un sentido más natural, menos complejo, de una forma más profunda,  pasional, e intensa donde podamos disfrutar y aprender de todas las experiencias que nos lleguen a nuestra vida... Hasta que un día, sin tal vez darnos cuenta llegara esa persona, que como una pieza de un rompecabeza encajara  en nuesto mundo y nosotros en el de él... 


 ...durando el tiempo que tenga que durar.

(mi pieza eres tú )

    No hay comentarios:

    Publicar un comentario

    Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.