martes, 1 de septiembre de 2015

Estaba pensando en cuántos deseos podemos pedir  en espera de que se cumplan. ¿Uno... dos al año? Diríamos que la veces disponibles para pedir que se cumpla nuestros deseo son contadas. Cada año al soplar las velas en nuestro cumpleaños...  con el paso de una estrella fugaz,  al encontrar una  fuente de agua donde arrojan monedas volteándote de espaldas y besándola antes de lanzarla para mayor efectividad... Al encontrarnos un Diete de León, que hace imposible no querer soplarlo y observar como vuela con el viento mientras lleva el mensaje de nuestro deseo....

Pedimos un deseo porque a veces pensamos que eso que deseamos esta fuera de nuestro alcance, o porque tenemos miedo de que lo que deseamos es más de lo que nos merecemos.. O simplemente porque queremos creer que existe la magia... De todas formas, no importa mucho porque lo hagamos, si no el que continuemos teniendo y pidiendo  deseos... 

                                                         ...porque muchas veces estos se convierten en realidad.



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