Sábado

Sábado, día en que se reciben mensajes de texto para ver que se va a hacer en la noche. No había dormido casi porque luego de levantarme, desayunar y que se fueran mis amigos, salí a la calle a resolver algunas cosas de diario que debía hacer.  Había llegado a mi casa a eso de las 3:00 p.m. y entre lo que miraba una peli, comía algo de pasta, coordinaba con una amiga la salida de la noche,  hablaba con el flaco a través de mensajes de texto. El flaco y yo, arreglábamos algunas diferencias  y  acordamos continuar comunicándonos.

Llego la noche y salí de mi casa a encontrarme con dos amigas en un bar donde se presentaba una pequeña banda de rock que tenían un nombre tan largo que ya no lo recuerdo.  Llegando al lugar ocupamos una mesa cerca de la barra y de unas mesas que estaban separadas con un bizcocho de cumpleaños y globos azules.  Aunque no conocíamos a ninguno de los invitados, ni al chico que cumplía años, por la cercanía de nuestra mesa el mesero que atendía el área, por cierto llamado Javier, nos dio tragos y entremeses gratis toda la noche. Lo menos que podíamos hacer fue unirnos al grupo para cantarle cumpleaños feliz luego de haber bebido toda la noche con cargo a su cuenta sin ser invitadas (ah, también comimos bizcocho). Mis amigas y yo decidimos hacer de ese lugar uno de nuestros  favoritos cuando nuestra economía no esté muy bien que digamos.

Aproximadamente a la 1:05 a.m. decidí abandonar el lugar, antes de que no pudiese manejar por no haber dormido bien la noche anterior y el resultado de la mezcla de los tragos con el dulce del bizcocho. Llegue a casa a eso de la 1:40 a.m., busque el celular en mi bolso que no lo había mirado en toda la noche, el flaco me había dejado un mensaje diciéndome que iba a salir, que la pasara bien, que mi salida fuera segura y tuviera cuidado. Me sonreí y le escribí...

  

1:42 a.m. _Acabo de llegar a casa.  

Luego me quite la ropa, me puse una pijama (tenia frío),  lave mi  rosto y quede inconsciente en mi adorada cama.

Gely C.