Hace pocos años creí que moriría de tristeza, literalmente, se los juro, así
lo sentí en mis huesos y mi carne. Me sentía sola aun estando rodeada de seres
queridos, había perdido a mi padre y no encontraba consuelo. Hoy, mientras un
amigo reciprocaba las felicitaciones por adelantado que le enviaba a su padre (entiendo
que por olvido o costumbre), retornaron a mi todos esos recuerdos al
contestarle... "Gracias, pero mi padre está muerto, le dejare una flor en
tu nombre".
Aun lo extraño mucho, se lo digo a ustedes que no me ven y la mayoría
no me conoce, porque detesto las conversaciones de pena que se forman en torno
al tema. Además ya esta dura etapa en mi vida fue superada.
Sin embargo, quiero comentarles que viene a mi mente el recuerdo cuando recién
falleció, soñaba que la vida real era un sueño y que el sueño era la
realidad. Salía con mi padre a compartir como de costumbre y a tener nuestras
largas pláticas como siempre solíamos hacer, pero todo era justo como la
palabra misma lo define... “Un sueño". Aún me levanto en ocasiones y me
enfrento a cosas durante el día que me lo recuerdan y duele en un lugar
profundo de mí ser, pero ya no sufro por su ausencia. Aprendí que no podemos
cambiar las cosas y tenemos que seguir adelante.
¿A qué viene todo esto? Pues, que el domingo 19 de junio se celebrará
el día de los padres en mi país, no estaré en Puerto Rico, andaré de vacaciones
por París, pero desde ahora quiero dejar una frase para mi padre en mi blog... La misma frase que introduciré en un globo con
helio y lo soltare el domingo desde la calle en París donde me encuentre. Estoy
segura que llegara hasta donde él este, allá arriba...muy arriba... en el
cielo.
“Te amo papá, sin fecha de caducidad…
Te amo por siempre, con todo mi corazón.
Feliz día de los padres”