Luego de sentir su mano tibia rozando la piel de sus muslos, ella no desea esperar más, se levanta de su silla subiendo sobre la mesa a gatas hasta quedar frente a él. Coloca su dedo con suavidad debajo de su varonil barbilla mientras acerca sus labios para besarlo.
Y así comienza un juego de lenguas... En un beso lento, con calma, húmedo y duradero.
Gely C.
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