domingo, 2 de noviembre de 2014

Día de los muertos


Hoy se celebra el día de los muertos en mi país, los cementerios se llenan de personas visitando las tumbas donde están enterrados sus seres queridos y amigos. Hoy decidí no ir a misa y adelantarme a la familia para ir sola a visitar la tumba de mi padre.

Ayer en una tienda  de venta de plantas, compré varios tiestitos pequeños con maní forrajero, que es un tipo de hierba con tallos erectos y rastreros que echan una pequeña flor amarilla y la utilizan mucho en landscaping. 

Hoy llegue al cementerio y camine hasta la fila F donde está el lote que ubica la tumba de mi padre, al lado una anciana brillaba con esmero la placa de la tumba frente a ella.

_ Buenos días señora, dije mientras me sentaba en el césped con mis cosas.
_ Buenos días, aquí tengo a mi esposo, dijo mirándome.
_ Aquí tengo a mi papá, conteste.

La anciana continúo terminando de brillar la placa y luego  saco una pequeña biblia  que comenzó a leer en silencio. Yo, con una pala de mano, me dedique a cavar pequeños agujeros donde fui introduciendo las pequeñas plantas que había comprado.  Al terminar y levantarme  para ver cómo había quedado,  observe como mis manos y vestido se habían llenado de tierra, pero  el espacio verde que estaba frente a la lápida de bronce de mi padre había quedado revestido con pequeñas florecillas amarillas.

_ Te ha quedado hermoso, dijo la anciana y continúo leyendo.
_ Gracias, sonreí feliz mientras comenzaba a caer una fuerte llovizna. 


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