sábado, 9 de agosto de 2014



Tengo un vecino que vive frente a mi hogar con el que acostumbro a caminar cuando estamos en temporada de vacaciones.  Ya mañana parte a otro pueblo para instalarse en el hospedaje durante el semestre de estudios. Conversábamos ayer un rato y nos pusimos de acuerdo para salir a caminar temprano en la mañana. Yo no me hubiese despertado si  mi madre  no viene a hacerlo y decirme que me estaban esperando. Me lave el rostro, cepille mis dientes, amarre rápidamente mi cabello y me puse ropa adecuada para caminar en lo que mi hermosa madre preparaba  dos coffee to go. 

La mañana estaba radiante, aunque un poco calurosa. Caminamos 1 ½ milla aproximadamente cuando decidió comenzar a llover. Nos resguardamos debajo de un árbol de flamboyán que queda frente a uno de los lagos del complejo donde vivo. Fue gracioso como al detenernos allí llegaron corriendo los patos que viven en sus alrededores pensando que íbamos a darle de comer. Nos sentamos en el pasto rodeados de patos (aunque me asustan un poco cuando se acercan tanto), mientras conversábamos de todo lo que se nos ocurría en espera de que dejara de llover.

Vecino_ Cual es la última letra del abecedario
Yo_ la Z, obvio!
Vecino_ No, porque si no sería abecedarioz
Yo_ (-.- )

Terminamos mojados  por la lluvia, llenos de tierra  y brincando la verja del área de la piscina del complejo y metiéndonos con ropa de ejercicios, hasta que seguridad nos sacó por estar con “ropa inapropiada”.  La verdad, a veces me da ganas de estrangularlo, pero me van  a hacer  falta sus chistes bobos.

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