martes, 31 de marzo de 2015

Zafra

El pasado domingo 22 de marzo salí con mi familia a dar un paseo y finalizamos en un  pueblo localizado en la parte centro oriental de Puerto Rico  llamado Gurabo o mejor conocido como El Pueblo de las Escaleras. Se caracteriza por sus pequeñas casitas de colores que se observan apiñadas en el cerro y las enormes escaleras construidas para subir el mismo. La ciudad de Gurabo ya se ha modernizado desde 1815 cuando fue fundada y cuenta con una de la universidades privadas del país, complejos de residencias de clase media alta, centro cultural, entre otros. Sin embargo, aun el pueblo conserva este toque pintoresco que lo caracteriza con sus casitas amontonadas  rodeadas de tendidos eléctricos y enormes escaleras para llegar a la cima.
En esta salida de domingo, mi familia decidió detenerse en un restaurante que le habían recomendado a mi hermano mayor llamado Zafra del Caribe, que se especializa en comida criolla mediterránea. El lugar esta localizado en una hermosa hacienda  llamada El Josco, y a diferencia del significado de Zafra que hace alusión  al tiempo de recogido de la caña de azúcar, en esta Zafra no se recoge caña, sino un sin número de hierbas e ingredientes del patio para la confección de deliciosos platos en las manos del Chef del restaurante. El lugar presenta un ambiente de campo, acompañado de un decorado sencillo  con algunos toques modernos y colores brillante que hacen el lugar uno muy acogedor.


Al llegar nos sentamos a la mesa y luego de pedir y descorchar unas botellas de vino, nos trajeron unos panecillos calientes con una mantequilla de la casa, con ajo y perejil como ingredientes que dan un toque característico.  Luego de saborear algunos aperitivos recomendados por el Chef, yo no  podía quedar sin  probar el trago de la casa, y aunque estaba tomando vino, ordene un  "Hasta la Caña". Este trago es hecho con varios rones del patio y frutas frescas, servido en una copa bordeada con azúcar negra. Demás esta decir que lo compartí con todos o no hubiese sobrevivido a la mezcla.

En resumen, la tarde se paso de forma deliciosa y muy refrescante entre  hermanos, cuñadas, sobrinos, abus y mamá. De los diversos platos que pedimos me gustó mucho  el Salmón a la Pasión  en una salsa de parcha servido sobre papas rojas salteadas y maridado con una copita de Algoreiro, muy adecuado para mariscos. Las  chuletas de cordero en salsa de setas  servido sobre un risotto de setas salvajes y vino blanco, exquisito! El volcán de camarones y la langosta, ni hablar! Definitivamente, la fusión de sabores en los platos caribeños degustados, la brisa del campo, el olor a madera de sus paredes y techos, adjunto al hermoso   paisaje, hicieron de la tarde una de las mejores en familia.




Aun así, te extraño papá...

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